Se ha construido en la finca ‘Las Vihuelas», entre la carretera nacional de Madrid a La Coruña y la línea del ferrocarril de Madrid a Hendaya. Comprende una parte alta de siembra de cereal y una gran extensión de pinar. El edificio se sitúa en la zona desprovista de arbolado, quedando rodeado por la pinada como esparcimiento de la comunidad. El acceso se hace a lo largo de la finca en su lindero de Poniente hasta una explanada con gran lonja y aparcamiento, a la que dan las piezas que relacionan el Monasterio y su industria con el exterior.

El espíritu v el rigor de la Regla del Cister son condicionantes para la organización de los espacios, para su funcionamiento y una gran austeridad reflejada no solo en la ausencia de ornamentación, en la parquedad de los medios empleados y en la expresión plástica de los materiales, sino también en la estricta dimensión del espacio habitable reducida en superficie y altura a la justa proporción de su funcionalidad.

La composición de los alzados en la distribución y dimensión de los huecos se ha resuelto con entera libertad, ateniéndose en cada caso a la función que cumplen. Los tránsitos y corredores siempre ofrecen una visión diáfana del paisaje exterior, y así mismo se ha dotado a las piezas de estancia y labor de cristaleras miradores por las que quedan abiertas a la floresta en torno. Es así como su arquitectura será expresiva de la propia vida del Monasterio.